BeBionic es el fruto de varios años de diseño y muchos conocimientos acumulados. Básicamente es una mano con 337 partes mecánicas que permiten usar 14 perfiles básicos de posición. Estas posiciones se eligen según la acción: coger una bolsa, apuntar con el dedo, coger algo con los dedos indice y pulgar… estos perfiles prediseñados están basados en nuestras acciones comunes y se seleccionan automáticamente o con pequeñas acciones como tocar un botón o mover el pulgar de posición. El brazo, que es de quita y pon, no necesita ser conectado permanentemente, recibe las señales mioelectricas del músculo del brazo a través de la piel, y permite al brazo moverse a voluntad del usuario.

El complejo sistema de sensores emplea diversos imanes, servos y estabilizadores para realizar movimientos con precisión y delicadeza, de manera que se use la fuerza adecuada en cada momento. Como está diseñado con fibra de carbono y diversos metales, BeBionic puede soportar hasta 45kg sin problema. Puede que parezca un poco torpe en el funcionamiento, pero nada más lejos de la realidad si tenemos en cuenta que hablamos de un brazo completo. Desde coger una aguja hasta levantar 45kg, la mano biónica permite realizar acciones comunes. Nuestro cuerpo es una máquina de precisión casi perfecta y emularlo tiene sus serias dificultades.

La única pega de BeBionic es que resulta un tanto complejo de usar. Necesita de práctica y entrenamiento. Es algo lógico pues se debe acostumbrar al cuerpo a cambiar entre los 14 perfiles disponibles, una acción natural para cualquier persona con los dos brazos. Pero el trecho recorrido es enorme. Existen ya muchos acercamientos neuromotores que permitirán mejorar la precisión y acción de los brazos biónicos del futuro. Esto quiere decir que seremos capaces de transmitir mejor y más precisamente lo que queremos hacer a nuestro miembro biónico. La ingeniería, además, está dando pasos agigantados para crear cada vez piezas más perfectas. Gracias a todo este trabajo, gente con amputaciones puede recuperar su vida normal día a día. Llegará el día en el que perder un miembro, más allá de lo dramático que resulta, no supondrá un problema para hacer una vida prácticamente normal. Y puede que no esté demasiado lejos…